El contexto será el mismo que en la Fiesta de la Bulería: el fondo norte de Chapín. Pero el espectáculo del que disfrutarán los más de 5.000 asistentes -mínimo- que acudirán esta noche al estadio jerezano, se construye sobre principios estéticos, musicales y sociológicos bien diferentes a los que justifican la gran cita del flamenco festivo. El fenómeno RBD, que viene de arrasar en Lationamérica y de llenar en Anoeta -aunque también de pinchar sonoramente en Zaragoza y Lorca, con dos suspensiones de última hora-, consiste en un sexteto danzarín de chicos y chicas muy bien criados que se subieron a un escenario por primera vez en 2004 para apoyar promocionalmente una serie, y que han acabado rompiendo con sus raíces catódicas para dedicarse en exclusiva al mundo de la canción, o algo parecido.
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